Son una fuente de ácidos grasos omega 3; el cuerpo necesita estos ácidos para muchas funciones, desde la actividad muscular hasta el crecimiento celular, y no puede fabricarlos por si solo.
El aceite de pescado contiene dos omega 3 llamados ácido docosahexaenoico (DHA) y ácido eicosapentaenoico (EPA). Provienen de pescados como el salmón, la caballa y la trucha, entre otros.
Además tienen claros efectos antiinflamatorios.
Evidencia
En la investigación sobre el uso de aceite de pescado para afecciones específicas, se ha demostrado de forma más evidente para los siguientes aspectos:
- Reducción moderada en la presión arterial.
- Hay evidencias claras de que los ácidos grasos omega-3 pueden reducir significativamente los niveles de triglicéridos en sangre.
- Los estudios sugieren que los suplementos de aceite de pescado podrían ayudar a reducir el dolor en caso de artritis reumatoide, mejorar la rigidez matutina y aliviar la sensibilidad en las articulaciones en las personas con artritis reumatoide, reduciendo la necesidad de medicamentos antiinflamatorios.